viernes, 26 de marzo de 2010

“A la gente le gusta más la chatarra y lo amarillo”

Con su visión renovadora, Elisa Tuyaré, trata uno de los males mayores que afrontan hoy los medios rioplatenses: la televisión chatarra. Ella es estudiante de Comunicación, y se muestra muy interesada y entusiasmada por los programas uruguayos actuales. Asimismo, nos cuenta cómo es estudiar, trabajar y lidiar con sus hermanos al mismo tiempo.

-¿Cómo se compone tu familia?
Vivo con mis padres y mis dos hermanos.

-¿Te dificulta estudiar con tu familia en tu casa?
Sí. Mis hermanos gritan mucho y al ser cinco siempre alguno hay en casa.

-¿Cuánto tiempo le dedicas al estudio por día?
No tengo un plan de estudio por día. Estudio cuando algún profesor manda a estudiar. Aparte como estoy trabajando (en Valora), se me acota en temas de tiempo. Por eso, tal vez de manera inconciente, estudio cuando es necesario o no queda otra.

-¿Cómo definís a Valora?
Es una consultora inmobiliaria. Yo le tengo que hacer entrevistas a los agentes inmobiliarios. Tampoco trabajo todos los días, voy sólo cuando me lo piden los jefes.

-¿Te quita mucho del estudio trabajar?
No, porque lo empecé a hacer en diciembre y por ahora la vengo llevando bien. Tengamos en cuenta que todavía no empezó lo más fuerte del semestre y por ahora está todo mucho más liviano.

-¿Estás conforme con la carrera de Comunicación?
Sí. La verdad que era más de lo que me esperabas.

-¿La exigencia era la que esperabas?
Esperaba que fuera aún más exigente. Tenía el concepto de cómo era la facultad pensaba que iba a ser más complicado que el liceo.

-¿Qué rama de la comunicación vas a seguir?
Tengo dos: el periodismo y gestión. La segunda todavía no estoy muy convencida y por eso estoy pensando tomar alguna de las materias que tengan que ver con esta porque engloba todo: periodismo, publicidad,…

-¿Por qué elegiste Com. Escrita IV?
Porque me parece que tengo que mejorar la escritura y con las anteriores mejoré, pero no llegue al nivel aceptable como para escribir en algún periódico. Me falta bastante para llegar a eso. Me gustaría algún día poder llegar a escribir como escribe los grandes periodistas.

-Si tuvieras que elegir entre el periodismo o la parte de gestión. ¿Con cuál te quedas?
El periodismo. Me gusta la idea de investigar y de que cada día haya algo diferente. No es un trabajo homogéneo, siempre aparece algo diferente. Los tenas de las notas no son las mismas el trabajo va cambiando.

-¿El periodismo escrito o la televisión?
La televisión. Me gustaría ser conductora. Cuando era chica aspiraba a ser como Victoria Rodríguez, me gustaba mucho lo que hacía en Los viajes del doce. Ahora me parece una idiota.

-¿Qué programa te gusta?
Esta boca es mía. Tratan temas interesantes, traen varios invitados, hay varias posiciones diferentes que da una visión más amplia del tema y hace que uno como espectador tome partido por alguna de ellas.

-¿La televisión nacional puede mejorar?
Sí. Pero hacen siempre lo mismo, no se animan a hacer cosas nuevas pero es cuestión de hacer un buen proyecto y ponerle ganas a eso. Hay un prejuicio de la gente hacia los programas uruguayos. Hay un concepto de lo que van a hacer el uruguayo va a ser malo, pero no tiene que ser así. Hay muchos programas uruguayos que son muy buenos pero a la gente le gusta más lo chatarra y lo amarillo.

jueves, 25 de marzo de 2010

Tres Cruces, un lugar de encuentro

Ejecutivos y hippies. Padres y niños. Estudiantes, graduados y no profesionales. Personas que ya han comenzado su jornada laboral e individuos que se dirigen hacia su trabajo. Solteros y casados. En pareja o solos. Los atentos a los llamados de partidas y los que están concentrados en sí mismo asemejándose a un ente. Todas estas impresiones, y más, las podemos encontrar en un mismo lugar, la terminal de ómnibus de Tres Cruces a las ocho y media de la mañana.

A pesar de estar a tan pocas horas del comienzo de la Semana Santa, días en los cuales muchos uruguayos aprovechan para tomarse licencia, la terminal no esta llena. Tenía varias opciones donde sentarme, escogí por hacerlo muy cerca de donde había entrado.

La hilera transversal era corta, por lo tanto el único hombre que se encontraba allí sentado parecía llenarla. Es calvo y habla de manera pasiva por teléfono. Su traje desvela que todavía no había comenzado sus vacaciones. No había llegado a su trabajo y ya se encontraba en pleno labor. Termina el llamado y enseguida escribe algo en su agenda del Ministerio del Interior. Una agenda gorda indica a un hombre lleno de compromisos si tenemos en cuenta que solo han pasado tres meses del 2010, no puedo imaginar lo que va a ser eso en septiembre. Terminado el apunte agarra su Búsqueda y empieza la lectura, no está apresurado y quiere profundizar sobre cada tema, no está para el picadillo de noticias.

En mi hilera, sobre un costado y pegado a la pared una pareja intenta mantener un diálogo. Eligieron un rincón, asegurando que nadie los moleste. Él anda en muletas y se limita a escuchar. Sin mirarla a los ojos, él clava su vista en un punto muy cerca del hombre calvo. Ella habla sin cesar mirando la cabellera blanca de su pareja. No están prestando atención a las partidas de los ómnibus, no parece ser ese su leitmotiv de su presencia en la terminal.

Una mujer con lentes de sol y un tanto robusta, se sienta entre el hombre calvo y la pareja. Habla de manera muy acelerada por su celular. Se limita a contestar preguntas, la llamada pierde importancia cuando oigo de esta mujer la respuesta “Cacho Bochinche”. El hombre calvo ya va por la tercera página, dobla el periódico en dos ante la dificultad que implica leerlo de manera recta.

En otra hilera de sillas, un hombre de saco y corbata, que pareciese ser administrativo, se levanta al escuchar por los altoparlantes la salida de su ómnibus. Pando es su destino.

Una pareja cincuentona ocupa unos lugares cerca de mí. Susurran algo. Se levantan y se dirigen sigilosamente hacia el hombre calvo. “Heber”, le dice la mujer al hombre que justo había cambiado de página de su Búsqueda. Levanta su mirada respondiendo a su nombre. Y sí, se conocían. Comienza un diálogo. Lo único que escuche es que el hombre calvo se dirige hacia una reunión con Morgan. No quise escuchar más por respeto a su privacidad.

Este encuentro motivó una reflexión mía: que chico que es Montevideo. Todas las semanas, por lo menos nos encontramos con una persona que conocemos por la calle. A veces lo saludamos, otras preferimos seguir de largo. Es de esas pocas ciudades que si uno quiere puede localizar al que busca. Por las dudas, trataré de nunca endeudarme.

martes, 23 de marzo de 2010

“Lo único que se veían eran chispas”

Accidente en Luis A. de Herrera y la rambla no deja más que susto en los protagonistas

“Nos pasamos una cuadra” gritó uno, y el conductor se distrajo. “Cuidado la roja”, dijo el mismo que había advertido lo anterior. Un auto que avanzaba por la transversal, más cerca, no llega a darnos… sí llega, nos impactó. Vueltas, chispas, ¿dónde están los ocupantes de ese auto? La distracción de un conductor cambió la perspectiva que hasta entonces tenía de sí mismo Ignacio Tejedor quien se vio a sí mismo cubriendo un evento periodístico, pero esa vez los protagonistas no eran otros, era él.


-¿En dónde fue?
En la intersección entre Luis Alberto de Herrera y la rambla Armenia. Nosotros viajábamos en un Chevrolet Corsa que termina impactando contra un auto de la misma marca pero Spark.

-¿Manejaba usted el vehículo?
No, un amigo.

-¿Qué pasó?
Imprudencia, distracción o un simple `boludeo´ del conductor. Veníamos por Luis Alberto de Herrera y no veníamos rápido. “Nos pasamos una cuadra” gritó uno de nosotros y creo que fue ahí cuando el conductor se distrajo. El mismo que gritó que nos pasamos una cuadra fue el que dijo cuidado la roja. Fue terminar de decir eso que vemos al Spark venir hacia nosotros a gran velocidad. Nosotros frenamos pero el Spark mantuvo su velocidad (que por cierto era rápida). Obviamente, que acá los únicos culpables fuimos nosotros al saltearnos la luz roja.

-¿Cómo fue el momento del impacto?
Cuando veo venir al Spark pensé que no lo íbamos a impactar, apenas tocamos la parte trasera del Spark. Pero cuando lo hicimos, el auto de ellos comenzó a girar y en un momento vuelca y queda derrapando, boca abajo. Lo único que se veía eran las chispas que sacaba el Chevrolet. En eso, comenzó a salir algo por la ventana del lado del acompañante, pensamos lo peor, temíamos que aquello fuera una persona… Por suerte era un chaleco que traía la señora acompañante.

-¿Cuál fue la reacción inmediata de ustedes?
Estacionamos el auto detrás de un contenedor de basura. Nadie habló por varios segundos. Quien rompió el hielo fue el propio conductor quien no podía creer el error que había cometido y nos pedía constantemente perdón por lo sucedido. Nosotros tratábamos de transmitirle tranquilidad, pero por dentro creo que todos estábamos nerviosos…

-¿Estaban nerviosos por el accidente o porque no sabían el estado de los ocupantes del otro vehículo?
Por lo segundo. Cuando bajamos del auto, nuestro amigo (quien conducía), enseguida llamó al 911. Pero luego, él quería ir a ver cómo había quedado el otro vehículo. Nosotros se lo impedimos, previendo cualquier reacción del conductor del Spark o que nuestro amigo se encuentre con una imagen desagradable. Entonces uno de nosotros, que no fui yo, se arrimó hasta el lugar.

-¿Qué vio?
La pareja damnificada estaba bien, asustada obviamente. Mucha gente se había amontonado cerca del otro auto. El chofer estaba un poco raspado, eufórico y enojado. La mujer que lo acompañaba trató de tranquilizarlo en todo momento, incluso fue la que hizo que no se acercara a nosotros para que no ocurra ningún tipo de discusión. Había más curiosos que gente con predisposición a ayudar. Salvo una pareja que resultó de mucha ayuda para nosotros.

-¿Qué ayuda les brindó esta pareja?
La pareja nos aconsejó en todo momento. Nos sentíamos un poco desamparados dada la circunstancia y el momento en el que estábamos (ninguno de nosotros había protagonizado un accidente), ellos oficializaron como la figura paterna que nos faltaba. Nos dijeron lo que teníamos que hacer y también nos aconsejaron en todo momento.

-¿Y la Policía como se portó con ustedes?
No ayudó mucho. Solo les pidió los datos a los conductores, pero a nuestro amigo el policía lo “sobró” en algunos momentos con un tono en la pregunta que no hacía a la causa. Nos sorprendió que no le hayan hecho espirometría a los conductores, nosotros le pedimos que haga pero la contestación de ellos fue que sólo se hace en aquellos accidentes en los que hay heridos. Nos sorprendió.

-¿Cómo califican el desempeño de la Policía?
Nosotros no somos quien para calificarla, pero hay que reconocer que se comportaron de manera extraña. Siempre riéndose entre ellos y con el conductor del Spark (que no estaba del todo sobrio). Nosotros llegamos a sospechar que el conductor del otro vehículo tenía cierta relación con la Policía, no critico esto sino que no se siga el procedimiento o, por lo menos, que nos traten bien (somos personas que cometimos un error, merecemos ser tratados con respeto).

-¿Qué enseñanza le dejó este lamentable episodio?
Si hay a alguien que le dejó una enseñanza es a nuestro amigo. Estoy seguro que será más prudente a la hora de conducir y no se distraerá. Soy creyente y creo que hubo una mano de alguien que hizo que nadie resultara lastimado.

lunes, 15 de marzo de 2010

Superpoblación de liceos en zonas periféricas

ESTRUCTURA

Lo primero que realizaría son entrevistas a los vecinos de Playa Pascual. El fin es, no sólo incluir breves fragmentos sobre qué piensan estos sino también interiorizarme del tema y saber cómo se está viviendo “desde adentro”. Saber qué reclaman.

Para profundizar en el tema que nos compete realizaría una entrevista sólo con un joven que concurra al liceo de dicha localidad. El objetivo al cual intento apuntar con esto, es mostrar todo aquello que se está perdiendo el adolescente en los días de paro en el Instituto. Y qué sensación le provoca que mientras otros liceos hayan empezado, ellos aún no lo hayan hecho.

Entrevistar a profesores del lugar. Pedirle que manifiesten cuáles son sus principales reclamos. Una vez obtenidos estas respuestas entrevistar a alguna autoridad de Secundaria para que pueda dilucidar los principales inconvenientes que tienen partiendo de las molestias de los profesores y vecinos de Playa Pascual (en este caso). La cuestión no es solo presentar el problema sino también brindar posibles soluciones.

En estos momentos se me ocurren dos enfoques diferentes. Uno sería dejar en evidencia como los jóvenes resultan ser los más perjudicados en un tema en el que ellos no pueden hacer más nada que denunciar y esperar.
En el segundo enfoque me centraría en cuestionar por qué la superpoblación de los liceos se da en zonas periféricas o del interior y no hay el mismo número de denuncias en Montevideo. Para eso me centraría más que nada en la autoridad de Secundaria o del Ministerio de Educación y Cultura (MEC). Ver y corroborar si existe algún tipo de discriminación por el cual se atienda primero los problemas de Montevideo dejando en segundo plano las zonas de la periferia y/o del interior.

En base a: El Observador



miércoles, 10 de marzo de 2010

El legado de Chernobyl: historias de vida


La tragedia de Chernobyl dejó más de 50 muertos y según ONU la cifra podría ascender hasta los 4000 por las secuelas de la radiación.

Pero más allá de estas cifras, que provocan escalofríos, se esconden diferentes historias. El periodista de la BBC, Vladimir Hernández, retrata alguna de ellas en un reportaje que provoca diferentes sensaciones en quien lo lee. 

lunes, 1 de marzo de 2010

Primera entrevista a Salvador Cabañas luego del accidente


La semana pasada me llamó la atención una entrevista que realizó la cadena de televisión mexicana Televisa a Salvador Cabañas. Recordemos que hace poco más de un mes este jugador fue baleado en un boliche de México D.F.


El presentador enfatiza el caracter de exclusividad de la noticia y recalca que es la primera entrevista al jugador paraguayo luego del altercado. Más allá de cierto sensacionalismo, yo me quiero quedar con lo que él dice, aún con una bala alojada en su cabeza está dispuesto a salir adelante y jugar, en un futuro no muy lejano, al fútbol.
A continuación, una entrevista que motiva a la reflexión.