martes, 24 de mayo de 2011

Una historia al paso




Caminan sin quejarse. Sincronizan sin hablarse. Los compran y los tiran sin preguntarles. Los comercializan y trafican. Se gastan dependiendo del uso que le dan. Se mojan, se secan, pierden el color, pisan caca, se rompen y se arreglan. Ellos son los zapatos. 

Cada par tiene tantas historias como su dueño. Recorren mismos lugares que sus propietarios, sin embargo no pueden contar las mismas historias. Es por ello, que a través de estas fotos se mostrarán qué nos tienen para contar en un día común y corriente. 

Historia en fotos:
1)- Buenos días. Tienen los mismos días de descanso que su dueño. De lunes a viernes ellos se distinguen por encima de los demás pares. Los zapatos de oficina .
2)- La jornada comienza. Tanto la diestra como la zurda se alistan para marchar a la calle.
3)- Esperamos turno para el lustrador. Una breve parada porque la suciedad impide que brillemos.
4)- Empieza la limpieza. Comienza el lustrado. Nuestro futuro está en manos del viejo lustrador.
5)-En plena Plaza Independencia. Patrimonio del Uruguay. La Plaza Independencia parece no olvidar los viejos oficios: en este caso, el lustrador de zapatos.
6)- A camino de todos los uruguayos. El viejo, sabio del lustrado, sabe lo que hace. Mientras tanto, allá en el fondo parece esconderse la Peatonal Sarandí: el corredor de la Ciudad Vieja.
7)-Ya lustrado, soy otro. Gran labor del lustrador! Ahora el dueño los lleva con otro porte. Los zapatos se lucen al caminar.
8)- De vuelta a casa. Nuestra casa nos espera. Mañana será un día común pero estaremos más brillantes.
9)- A guardarse hasta mañana. Una jornada larga pero que dio sus buenos frutos. El brillo opaca cualquier cansancio. Hasta mañana.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Y un día volvió

Sin despeinarse

Buenas noches América. En lo laboral el año comienza cuando llega el último ciclista. En lo televisivo, cuando arranca Showmatch. Los gerentes de programación, tanto el del 12 como los de la competencia, adecuan las grillas en base a este programa. Todo el mundo televisivo, en Argentina y Uruguay, dependen de lo que haga o deje de hacer Marcelo Tinelli.

Ahora, ¿cómo reacciona el público ante el gran producto de Ideas del Sur? Es curioso el efecto que genera Showmatch en las masas. Nadie dice que lo mira, pero sin embargo no se refleja así en el raiting. La gente pacata jamás va a admitir que vio o ve a Tinelli. Algo es seguro, alguien lo tuvo que haber mirado ya que en el día de su debut hizo 14 puntos de raiting en promedio.

Los números no dan. Aquellos que miran diariamente televisión se dieron una vuelta por canal 12. Pocos cambiaron, muchos aguantaron bastante tiempo y una gran cantidad se quedó observando este gran programa de contenido cultural.

Showmatch es un producto de calidad. Cumple con su objetivo: entretener. Y lo hace con creces. Se asemeja a una telenovela presentada como un show mediático. El baile es un agregado. Los sueños una simple excusa. Sin embargo, estos últimos se cumplen; por lo tanto hay algo de bien tras este gran reality.

Hay ciertos televidentes pacatos que no son más que hipócritas que se hacen los cultos. Dicen que los productos de Marcelo Tinelli generan violencia. No se dan cuenta que en toda la televisión hay violencia porque en la sociedad también la hay.

A las 22.30 del lunes 16 de mayo comenzaba Tinelli. ¿Qué pasaba a esa hora en los canales para intelectuales? En Discovery Channel la Policía criminalística buscaba quienes fueron los asesinos de una joven. En Natgeo –canal que recomiendo-, mostraban como un grupo de cazadores asesinaban a cocodrilos a disparos para alimentarse. En History Channel continúan hasta hoy cazando Ovnis.

Lo efímero, la violencia, lo irrelevante, banal y el morbo están presentes en estos canales pero de manera segmentada. Lo que hace Tinelli es unir todo un conjunto de emociones y sensaciones en un mismo producto: Showmatch. Esta nueva temporada promete más tetas, culos, morbo, peleas pero también emociones y diversión procurando el entretenimiento. La gente lo va a mirar porque necesita desenchufarse y no pensar en nada, y que mejor que este programa. La calidad está basada en la garantía de un producto que dejó de prometer para convertirse en un éxito.

domingo, 15 de mayo de 2011

Práctica 2, el Spiderman uruguayo

Spiderman en Plaza IndependenciaSpiderman en Puerta de la CiudadelaSpiderman en la puerta del Teatro SolísSpiderman en el Teatro SolísSpiderman en el 427Spiderman en el 427
Práctica 2, un álbum en Flickr.


De día es Spiderman  y de noche también lo es. Montevideo cuenta con un superhéroe que muchos ya hemos visto mientras deambulaba por las plazas.  El Spiderman uruguayo, a diferencia del norteamericano, se dedica exclusivamente a ser superhéroe. Aprovecha esta “cualidad” para ganarse unos pesos mientras es fotografiado. Sacarse una foto con él, desde su propia cámara, sale $40 mientras que sacarle una foto a él desde cualquier otra máquina cuesta $20 o más dependiendo la voluntad de la persona.

Su verdadero nombre es Bismarck Pino y vive en el Paso Molino. No dice su edad para no quitarle el “gustito al personaje”. Así como Peter Parker fue criado por su abuela, Bismarck lo fue por su tía pero con la diferencia que sus padres no estaban muertos sino que lo habían abandonado. Luego de un tiempo él pudo conocer a sus padres pero se llevó la sorpresa de que madre lo niegue. Comenzó con esto de Spiderman en 1975 –plena dictadura- tras haber ganado un concurso en Nueva Helvecia – Dpto. San José-. En ese momento fue cuando diseñó su primer traje. Fue detenido en un par de ocasiones por los militares.

Luego, trabajó casi 10 años para un circo. En este período de su vida, Bismarck repartía su tiempo entre su alter ego y su vida laboral propiamente dicha.  Recién en 1994, Bismarck se dedicó de lleno al superhéroe. Desde entonces, Bismarck se gana la vida en el Parque Rodó –chico-, Plaza Treinta y Tres, Plaza Independencia y Prado. Sin ningún tipo de sponsor, él se gana su vida haciendo esto: se cose el traje, viaja en ómnibus, paga las cuentas…

Nunca se quita el traje. Desde que sale a trabajar hasta que regresa a su casa anda con este puesto. Pero, trabajar en las calles no es sencillo. "Hay gente mala onda: a esos les digo que se queden en sus casas". Si el insulto es mayor, Bismarck los invita a pelear. No anda con un revólver, ni con un cuchillo ni con telas de arañas pero sí tiene un cachiporra. Para él lo mejor son los niños siempre y cuando tengan buena educación. Ese es su público y a quien dedica mayor parte de su tiempo.