viernes, 21 de mayo de 2010

Presos por ser libres


En esta gran nota que realiza Pablo Ordaz para El Pais de España, se muestra como la gente es captura por tratar de soñar con una mejor vida. La manera en que lo cuenta Ordaz hace que el lector se ponga en lugar de aquellos que están siendo sometidos a tal barbarie.

La juez, una mujer negra de mediana edad, va leyendo sus nombres. Ellos, obedientes como escolares, responden con voz firme:

-Sergio Pérez Galán.

-¡Presente!

-Jesús de la Cruz.

-¡Presente!

-Cristina López Ramos.

-¡Presente...!

Después sigue con una descripción espectacular: que no deja nada fuera de contexto . Ahora bien, la redacción y los recursos usados son muy parecidos a aquel reportaje que dimos en clase del Cartel de Juárez. Pero, como todo lo de Pablo Ordaz, es recomendable.


Nota: El futuro acaba con Arizona de Pablo Ordaz

miércoles, 5 de mayo de 2010

Estructura de reportaje

De la "La muerte imparable"

La esencia del reportaje se encuentra en el título. Cada párrafo da cuenta de que la muerte es un hecho común en esta ciudad fronteriza dominada por el narcotráfico: de que la muerte es imparable.

Pablo Ordaz demuestra en la bajada que contacto con el tema. Parece ser sencilla pero a mi criterio logra con el objetivo deseado: el trato con el hecho otorga veracidad y credibilidad a lo que posteriormente va a narrar. Ya inserta los dos conceptos que más va a manejar dentro del reportaje: relaciona muerte con narcotráfico.

En el copete se basa en un hecho puntual. Narra un suceso, comienza a contar la historia. Pero la historia no va a quedar allí, va a servir de pie al resto de la nota. Se enfoca en un niño de 14 años para demostrar cómo se vive la realidad allí, en Ciudad de Juarez. Describe el hecho que le sucedió a este niño como si fuera una crónica. El primer enunciado da cuenta de un hecho que fue: pero lo que fue es una vida. Sabemos que algo le paso a ese joven y por cómo termina el copete se dilucida que este chico murió. Crea drama y tensión. Se relata el hecho pre-mortem.
Utiliza testimonios que son enriquecen al reportaje. Junto con el manejo de los enunciados cortos crea la tensión. Tensión que aparece desde el copete: Un tiro, dos, tres...

Utiliza mucho la descripción. Capta la escena y describe el clima presente en el lugar. Los momentos descriptivos los incluyo dentro del marco de tensión. Aquellos momentos que son más de información propiamente dicha son antecedidos por una imagen: Un cartucho sí, uno no. Todavía hoy muchos policías tienen que pagar de su bolsillo la munición que gastan. Ocurre lo mismo cuando maneja datos o números. Las descripciones son en oraciones cortas. El lector nunca se cansa y sabe que la acción va a estar ahí, en la siguiente oración.

Los primeros párrafos se los dedica a Raúl. Después, Ordaz va generalizando el reportaje. Pero cada párrafo da pie al siguiente. Para cambiar el tema se utiliza la negrita, pero tampoco hay un cambio brusco. Sería como una crónica policial de un par de días que pueden ser llevados a cualquier día del año. Por qué sabemos esto último: porque Ordaz nos lo cuenta con las cifras y con los testimonios. Todo en el reportaje habla: desde los datos hasta los fragmentos de entrevistas.

El orden cronológico es el orden de cómo fueron sucediendo los hechos en ese día de patrullaje.
Me gusta mucho el final porque deja la sensación en el lector de que la historia se vuelve a repetir y se seguirá repitiendo: "Se acaba de recibir un aviso. Han encontrado el cuerpo calcinado de un hombre encima de un contenedor de basuras. Diríjanse a la calle...".
El octavo muerto de este fin de semana tampoco tendrá nombre.