domingo, 20 de marzo de 2011

Culpa de nadie

Foto de ovaciondigital.com

En el Cerro hinchas del conjunto local atacaron a los jugadores de Peñarol. En el Prado, parciales de Danubio apedrearon el ómnibus y los autos que acompañaron a la delegación de Defensor Sporting. El saldo fue de varios heridos, más de una decena de presos y una nueva mancha en la historia reciente del fútbol uruguayo.

Durante esta semana, se escucharon versiones encontradas sobre quién es el culpable de los incidentes. Lamentablemente, ya no se discute sobre la falta de valores y de educación. Eso es una batalla perdida. Ahora, la culpa siempre recae en la Policía de Montevideo o en la Asociación Uruguaya de Fútbol.

Lejos de adjudicarse la responsabilidad de estos hechos, cada uno de los implicados reprocha la labor del otro. La AUF y el presidente de Defensor, Dante Prato, alegan que ellos estaban enterados de los posibles enfrentamientos entre la parcialidad danubiana y la de Defensor, y que esto fue notificado en tiempo y forma a las autoridades de la Policía de Montevideo. Por su parte, la Policía de Montevideo asegura que su labor fue correcta, que la situación estuvo controlada y que la responsabilidad fue compartida entre los hinchas y el máximo organismo del fútbol uruguayo.

Entonces, ¿de quién es la culpa? La AUF demostró, una vez más, falta de sentido común al fijar los partidos, entre dos tradicionales rivales, el mismo día, a la misma hora, y a menos de tres cuadras de distancia. Sin embargo, la Policía tiene la mayor responsabilidad porque no escuchó las advertencias provenientes tanto de los clubes implicados como de la AUF. Como si esto fuera poco, el nefasto despliegue de seguridad, llevado a cabo en el Tróccoli, fue televisado para todo el mundo.

Para redondear una actuación deplorable, hubo incoherencias entre lo que expresó el inspector Luis Mendoza (encargado de los operativos de seguridad) y lo que se vio por televisión. El jefe de policía, Walder Ferreira, quedó mal parado: ignoraba que la policía abrió fuego contra los hinchas de Cerro.

No hay nada positivo que rescatar de estos hechos. Solo la confirmación de que la Policía aún no sabe cómo enfrentar partidos de “alto riesgo”, que la AUF continúa teniendo errores gravísimos, y la más triste, que ya no se confía en reformar a los vándalos.

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