martes, 13 de abril de 2010

El fútbol antes que su vida



“A este tipo lo conozco de algún lado” se escucha del seno de un grupo de jóvenes que pasaban por la conocida Galería del Virrey. “Sí, es él, el Walter”. Para más de medio país mencionar al Walter es sinónimo de decir: el hincha de Peñarol que aparece `robando cámaras ´ detrás de los técnicos.


Un personaje que genera distintos tipos de sensaciones dada su extravagancia. Con su estilo particular, repite la misma indumentaria para cada cotejo de su equipo: un gorro cuyos colores alguna vez fueron amarillo y negro, una remera agradeciendo al manya como si le rindiese algún tipo de culto, guantes inflables en unas manos que nunca dejó que se vieran, un pantalón descocido que no pierde la esencia (hacer juego con todo el equipo de Peñarol) y lo único que cambia para cada partido: sus zapatillas. Con más de 50 años sus arrugas narran diferentes anécdotas. Ha vivido la época gloriosa del equipo pero también ha pasado por los tragos más amargos.


Su vida transcurrió de manera paralela a la de un cuadro de fútbol. En los momentos familiares que fueron difíciles encontró un desahogo en el Estadio Centenario, pero allí también encontró su pareja: el fútbol.

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