domingo, 15 de mayo de 2011

Práctica 2, el Spiderman uruguayo

Spiderman en Plaza IndependenciaSpiderman en Puerta de la CiudadelaSpiderman en la puerta del Teatro SolísSpiderman en el Teatro SolísSpiderman en el 427Spiderman en el 427
Práctica 2, un álbum en Flickr.


De día es Spiderman  y de noche también lo es. Montevideo cuenta con un superhéroe que muchos ya hemos visto mientras deambulaba por las plazas.  El Spiderman uruguayo, a diferencia del norteamericano, se dedica exclusivamente a ser superhéroe. Aprovecha esta “cualidad” para ganarse unos pesos mientras es fotografiado. Sacarse una foto con él, desde su propia cámara, sale $40 mientras que sacarle una foto a él desde cualquier otra máquina cuesta $20 o más dependiendo la voluntad de la persona.

Su verdadero nombre es Bismarck Pino y vive en el Paso Molino. No dice su edad para no quitarle el “gustito al personaje”. Así como Peter Parker fue criado por su abuela, Bismarck lo fue por su tía pero con la diferencia que sus padres no estaban muertos sino que lo habían abandonado. Luego de un tiempo él pudo conocer a sus padres pero se llevó la sorpresa de que madre lo niegue. Comenzó con esto de Spiderman en 1975 –plena dictadura- tras haber ganado un concurso en Nueva Helvecia – Dpto. San José-. En ese momento fue cuando diseñó su primer traje. Fue detenido en un par de ocasiones por los militares.

Luego, trabajó casi 10 años para un circo. En este período de su vida, Bismarck repartía su tiempo entre su alter ego y su vida laboral propiamente dicha.  Recién en 1994, Bismarck se dedicó de lleno al superhéroe. Desde entonces, Bismarck se gana la vida en el Parque Rodó –chico-, Plaza Treinta y Tres, Plaza Independencia y Prado. Sin ningún tipo de sponsor, él se gana su vida haciendo esto: se cose el traje, viaja en ómnibus, paga las cuentas…

Nunca se quita el traje. Desde que sale a trabajar hasta que regresa a su casa anda con este puesto. Pero, trabajar en las calles no es sencillo. "Hay gente mala onda: a esos les digo que se queden en sus casas". Si el insulto es mayor, Bismarck los invita a pelear. No anda con un revólver, ni con un cuchillo ni con telas de arañas pero sí tiene un cachiporra. Para él lo mejor son los niños siempre y cuando tengan buena educación. Ese es su público y a quien dedica mayor parte de su tiempo.

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